martes, 24 de agosto de 2010

Mis Encuentros con Josè

Y porque aquí escribo de todo y de todos, no iba a dejar d a lado a un gran amigo de la familia el Dr. José Gregorio Hernández, si el santo, ese mismo, y este es justo el momento en el que asumen que su servidora se volvió loca, pero déjenme decirles queridos lectores, yo estoy loca desde hace mucho y eso YA LO SABIAN!

Entre la intrincada red de rarezas, desbarajustes y demenciales acciones o pensamientos de mi muy extraña, y orgullosa (por que para ser friki, hay que serlo con orgullo!) familia, también podemos hallar los milagros de los santos, que una familia numerosa y loca que se respete no puede dejar de tener, así pues nos vamos con este aguerrido personaje que conozco desde niña…



El Dr. José Gregorio Hernández nació en Trujillo, Venezuela el 26 de octubre de 1894, estudio medicina incluso realizo pos grados en Europa y estados unidos, su aporte medico en de gran valor en Venezuela donde llego a abrir cátedras de la medicina que aun no habían sido tocadas por nadie en ese país, un gran maestro y un mucho mejor ser humano.
José intentaría involucrarse directamente, y en varias ocasiones, con la vida religiosa queriendo ser monje de claustro, enfermo y debió regresar a su patria, yendo a un curso de teología en Europa apara reencaminarse como monje, enfermaría nuevamente y retornaría a Caracas, así que decide que para él lo mejor sería ser un seglar católico (predicador).
Llegaría a ser un seglar ejemplar dándolo todo por medio de la medicina, ayudando a muchos sin esperar nada a cambio y es en una de sus actividades de buena fe, iba a comprarle medicinas a una ancianita de pocos recursos, es atropellado por auto, y fallece en el hospital alcanzando a que un sacerdote le diese la extrema unción. Su velorio fue multitudinario y el murmullo popular de “ha muerto un santo” quedara recordado en la historia.

Esa es a grandes rasgos su vida, no entro en más detalles que para eso está la wiki pedía y no esté blog, me es difícil hallar cual fue su primer milagro que ni medio me pongo a buscar y me salen cientos… pero ha salvado a muchos de muchas cosas diferentes, que van desde cáncer hasta operaciones difíciles e impostergables que luego no han sido en lo absoluto necesarias, pero vamos a lo bueno… ósea a mis encuentros con el XD


Nuestro prim er encuentro

Yo habría tenia entre seis y siete años, vivía en Portoviejo con mis abuelitos en un bonito departamento con balcón, todo de madera, vivía bien, mis abuelitos me consentían mucho. Mi abuelita ha tenido desde pequeña serios problemas con su garganta tanto así que como a los 12 años tuvo que dejar la escuela y le hicieron una rara y compleja operación, y hasta ese entonces (cuando yo tenía 6 u 7) seguía dándole problemas, había la alarma de que hubiere que operarla otra vez, no mentiré no recuerdo que es lo que tenía solo sé que le dolía horrores y que a veces supuraba una sustancia extraña, alguien le paso a mi abuelita una novena del Hermano Gregorio, diciéndole que él podía curarla y que si le cumplía el milagro se le aparecería el ultimo día de la novena, sin nada más que perder mi abuelita decidió intentarlo, nos sentamos con ella a eso de las siete de la noche a orar con una velita encendida y siguiendo al pie de la letra las indicaciones de la novena, las primeras señales de algo diferente comenzaron el mismo día que empezamos, yo solía levantarme a la media noche a ir al baño y como era miedosa y el baño estaba lejos levantaba a mi abuelita, esa noche cuando iba al baño, y se repetiría cada noche siguiente, la habitación tenia impregnado el olor como de antiséptico de un hospital y un olor desconocido para mí que luego supe ubicar como el olor de la penicilina, este olor solo se hallaba en la habitación, salías de ella y el olor no se sentía, sin mucha alarma solo pensando que era extraño seguimos con la novena ocho días seguidos…

Al noveno día paso lo impensable, estábamos a medio rezo (quien quiera creerlo bien quien no quiera tmb yo solo cuento uno de los recuerdos mas claros de mi infancia) y la mesa del comedor donde estábamos rezando comenzó a temblar de manera escandalosa recuerdo haber sacado las manos de encima de la mesa y verla con sorpresa, así mismo mi abuelita me dio un manotón

”deja de mover la mesa carajo!”

Yo la vi con espanto…

“yo no estoy moviendo nada”

y recuerdo que mi abuelita vio mis piernas comprobando que no era yo apago la vela y nos distanciamos algo de la mesa…. Y esta seguía temblando y era solo la mesa, las sillas no temblaban, el suelo no temblaba, nada... solo la mesa circular con el mantes de manzanitas… lo que nos insto a salir corriendo fue el escuchar a alguien subiendo las escaleras, las escaleras de esa casa eran de dos tramos tramo uno entras y avanzas un buen trecho de allí solo podías ir a la derecha a subir otro tramo largo y estabas en la sala, habremos escuchado la escalera y nos habremos quedado en silencio comprobando que efectivamente alguien subía unos cuantos segundo, de allí la corrida mas paniqueada de mi vida… correr al último cuarto llamando de paso a mi abuelito, mi abuelita le dijo que alguien subía y mi súper abuelito decidió salir con escoba en mano a deshacerse del ladrón de turno….

Mi abuelito cuenta que vio a un sujeto de terno negro a medio tramo en la segunda parte de la escalera y que le grito algo y bajo a perseguirlo, el sujeto enternado bajo rápidamente y cundo mi abuelito doblo en la bifurcación de la escalera es sujeto ya se había hecho humo, mi abuelito dice haberse quedado frio termino de bajar las escaleras, comprobó que la puerta estaba bien cerrada, corrió a asomarse al balcón pero la calle estaba desierta….

Yo recuerdo el “no se mija, se me desapareció al doblar abajo”

Varios días después relacionaríamos el incidente con el Hermano Gregorio, mi abuelita por su parte sufrió la bendición de que su herida se secara por completo y la garganta no le ha molestado ya en 17 años.


Segundo Encuentro


Mi segundo encuentro con el Hermano Gregorio no sería tan escandaloso como el primero, pero sería intenso igual…

Un día, creo que yo tenía 19 y mi hermano 15, estábamos como siempre jodiendo la vida, en ese entonces vivíamos en el piso de arriba de la casa de mi abuelitos en Guayaquil, había una escalera de madera que daba a la sala/comedor y un poste a mitad de la sala y mas a un lado una entrada a un pasillo donde al final estaba un baño y el cuarto de mis abuelitos…

Bue, estamos jodiendo la vida arriba, mi mama se había ido de viaje y a parte de nosotros dos solo estaban mis abuelitos, ya dormidos, en su cuarto, habrá sido como la una am o algo así cuando se fue la luz… y entre risa y risa bajamos a pedir velas…

A media escara vimos a alguien de pequeña estatura con una bata blanca a media rodilla… avanzamos con risas... (Me olvide mencionar, vivo cerca de un hospital que cuando se va la luz solo se va hasta una cuadra antes del hospital por lo que la luz de los focos de esa cuadra entra por un gran ventanal que hay en la sala y que te permite ver con claridad lo que hay en ella)

“abuelita tiene velas?”

Si, nosotros pensábamos, que era mi abuelita… ya saben cabello corto bata blanca… la abuelita!!

Además que la abuelita solía hacernos bromas de quedarse estática y no contestarnos….

Estaba al pie de la puerta de entrada como si fuese a salir recuerdo que la llamamos varias veces y salimos con cosas como “ya déjese de bromas y denos unas velas” recuerdo yo haber llegado hasta el poste y haber pensado que algo andaba mal, mi hermano en cambio se acerco hasta estar a menos de un brazo de la imagen…

Recuerdo con absoluta claridad como mi hermano la llamo ya con tono preocupado y estiro el brazo para tocarla, no puedo mentir, vi la mano de mi hermano atravesar la figura y no espere a nada ni a nadie, antes de que mi hermano pudiese reaccionar yo ya había echado a correr escaleras arriba y me faltaban dos escalones y un metro pa llegar a esconderme bajo las sabanas... (Uno le tiene una fe a las sabanas!!)

Escuche correr a mi hermano y subir detrás mío, pero la verdad ni eso me importaba, cuando llegamos arriba la luz de la sala se prendió (o mejor dicho volvió la luz) y mi abuelita nos grito “por que carajos suben como caballos” y nosotros aun en el shock…

“abuelita?” “es usted abuelita?” “En verdad es usted” y mi abuelita “quien más va a ser!”

Y bajamos aterrados del miedo, le contamos a mi abuelita y ella nos salió con su lindo comentario “ ha de ser el hermano Gregorio que le estaba haciendo la novena y hoy es el ultimo día” y relacionamos… bata blanca= bata de medico…

Y de allí nos le cargamos a mi abuelita, ahora cada que le va a ser la novena nos avisa y solemos no ir a la sala o al cuarto de mi abuelita hasta que la termine…

Contarlo ahora es gracioso, y creo que hubiera sido más gracioso si alguien hubiese visto nuestras caras de pánico aquel día, mi abuelita se reía de lo pálidos que habíamos quedado…

No sé si habrá en algún futuro un tercer encuentro con José Gregorio, solo sé que ya viví dos y eso nos ha hecho creer en santos y en otras muchas cosas que contare más adelante…

Ahora si me lo preguntan a mí, SI, el Hermano Gregorio cumple en verdad, el hace milagros… lo sé por experiencia propia.

Kisses
Yo

 
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